¡feliz festivus!

llámalo navidad, llámalo hannukah, haneke, heineken, llámalo como gustes; en nuestras sociedades humanas, acostumbramos designar fechas para celebrar distintas cosas... y celebrar es bueno. por eso, sugiero que dejemos de cuestionarnos o deprimirnos en estas fechas y aprovechemos para celebrar la vida y todo lo bueno que tenga que ofrecer, celebremos con las personas que queremos, familiares o no, juntémonos esta noche, exaltemos la vida y olvidemos la muerte.

bodas de sangre

lula reed y el mágico johnson, dos, almas libres digamos, decidieron comprometerse en un tema en el que jamás pensaron: unirse en sagrado matrimonio. ahora, la condición de 'sagrado' no se la concede ningún dios ni ninguna religión ni ninguna iglesia... lo sagrado se lo da lo que sangra, lo que late: el corazón siamés que nació el día que se reconocieron, esa mañana de gloria, ese amanecer resplandeciente, esa madrugada mágica.

no fue fácil, de hecho, hubo mucho dolor de por medio pero el tiempo sabiamente se encargó de poner las cosas en su lugar, y lula y el mágico sellarán con sangre el pacto ancestral que honran con tanto orgullo y devoción.

la idea completa de esta 'formalización' de la ya sellada unión responde al único y sencillo interés de querer celebrar.... celebrar, celebrar, celebrar este idilio como si la vida fuera un festín donde se abren todos los corazones y fluyen todos los vinos -vaya que ahora creo que la vida es así, mi querido arturito-.

como quizás la última broma de mágico en el mundo tal como lo conocemos, el acontecimiento tendrá lugar el 21 de diciembre de 2012 -día fijado para el juicio final si no me equivoco-, nada mejor que el apocalipsis de fondo para una boda de sangre y para las fotos del recuerdo.

nuestra historia

La tristeza milenaria que arrastran tus ojos
Es mi tristeza también
Cuando te miro

Y me adentro en tus vidas pasadas
Te descubro correteando entre campamentos gitanos
Persiguiendo jaurías de perros libres y felices
Junto a mí

Yo te conocía de aún antes de eso
Te conocí en Judea, con pañuelos agraciados cubriendo tu cabeza
Amiga fiel de María Magdalena y confidente de Judas
Desde entonces, yo seguía tus pasos y no aspiraba a más que eso
A saber de ti, aprender de ti, a ser digno de ti

Fueron pasando nuevas vidas entre años, siglos y milenios
Siempre nos encontrábamos, y cada vez estaba la sensación
De estar más cerca

Hasta que llegó esa mañana de gloria
Un oasis de luz en estos tiempos tenebrosos
Tú caíste como un ángel en mis brazos
Te dejaste caer como tal
Me reconociste
Te reconocí

Y presiento que ya nunca nos dejaremos escapar